vida

Esto es sobre mi…

Creo que para muchos es bastante difícil asumir su homosexualidad. Yo aún no lo hago libremente, pero estoy comenzando un proceso que sé que será lo suficientemente complicado como para querer detenerme y esperar.

Ésto va a ser sobre mi, sobre historias, encuentros, amores y desamores… de cómo he intentado llevar éste proceso y evitarlo, por años.

Soy Andrés, tengo 25 años, Ingeniero, virgo. Un chileno promedio que ha lidiado internamente desde la infancia más temprana con el «ser o no ser» gay. Y es que el enfrentar los paradigmas de la sociedad actual, enfrentar a la familia y al mundo, sin saber quien realmente eres no es fácil. Desde pequeño supe este tema, y como varios, usaba internet para interiorizarme. Si bien mi apariencia no es homosexual, y mi comportamiento es ‘normal’, siempre recibí burlas por no pegarle a la gente ni jugar a la pelota (porque soy un real asco con el balón). Nunca quise estar seguro de ésto, dediqué mi vida completa a estudiar y trabajar para mantenerme ocupado.

Y sí tuve uno que otro romance con mujeres, creo que hasta me enamoré en mis épocas de liceano. Pero no pasaban más allá de un coqueteo, no pololeé nunca por ésta duda ridícula del no saber. Aparte que mucha personalidad no tengo como para andar joteando, lo que me pone cada vez más inseguro.

Experiencias tuve, y las compartiré en próximas entradas… esos detalles que te hacen caer y retroceder, aquellos que te hacen tener miedo de seguir.

Hace poco, y por casualidades de la vida, conocí a un hombre con el cual fluyó una química increíble y… me enamoré. Pero no supe como llevar una relación de pareja con todos los conflictos internos que tenía. Pololeamos un par de meses y ¡Fue genial! Pero ambos caracteres, sumados a que el viene de vuelta y yo recién estoy ‘aprendiendo’ nos distanciaron y… sufrí como un adolescente.

Comienzo esta historia para compartir con ustedes lo que pasa por mi cabeza, entender y compartir experiencias y, además, poder seguir caminando con la frente en alto, y con la felicidad en el corazón. Un abrazo.